miércoles, 20 de julio de 2011

La princesa destronada (versión alternativa)



Lloraba desconsolada. Su mundo se había derrumbado en cuanto aquella cosa pequeña y llorona llegó a su hogar. Sus padres, antes siempre pendientes de ella, la habían ignorado completamente. Ya no había ni mimos ni caricias, sólo regaños e indiferencia. De repente una idea surgió en su mente. Lograría que todo volviera a ser como antes. Sorbiendose las lágrimas que caían por su cara, corrió hacia la habitación donde el usurpador dormía plácidamente. Incluso tenía una sonrisa en los labios cuando lo despertó al cogerlo en sus brazos. Comprobó que su madre seguía en la ducha, abrió la ventana y lo dejó caer.

2 comentarios:

Nel Morán dijo...

Feliz día del amigo, Jengibre.

Podría ser una gripe entre las monarquías del mundo, tirar a sus bebés. A todos, que no quede uno.

Blogsaludos

Anónimo dijo...

Feliz día, Adivín!!!

Bueno, en Esparta tiraban a un precipicio a las niñas y a los bebés deformes...

Aunque me refería más bien al complejo mundo de la mente infantil y los celos...

Y para la fiebre de las monarquias, nada mejor que suprimir privilegios... ¡¡¡que se tengan que ganar la vida con un sueldo de miseria!!!
Hace siglos leí un libro buenísimo de una escritora británica que se titulaba La reina y yo. Trataba sobre la llegada de la república a Reino Unido y como la familia real tenía que irse a vivir a un barrio obrero y vivir como los demás. Buenísimo y divertidísimo...

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